martes, 18 de septiembre de 2012

Tutankamon


Faraón egipcio de la XVIII dinastía,  Tutankamón era yerno del faraón Akenatón, que murió sin dejar hijos varones; por ello le sucedieron sus yernos, Semenkera y Tutankamón; este último, hermano del anterior, accedió al Trono hacia el 1360 a. C. De hecho, hasta la muerte de su suegro, Tutankamón llevó el nombre de Tutankatón, en honor del dios solar Atón cuyo culto había impulsado Akenatón con carácter casi monoteísta.
Tres años después de acceder al Trono, el nuevo faraón restableció el culto tradicional y, consiguientemente, el poderío de los sacerdotes de Amón, seriamente debilitado en el reinado anterior; al mismo tiempo, devolvió la capitalidad a Tebas, abandonando la capital creada por Akenatón en Amarna; y para simbolizar estos cambios, sustituyó su propio nombre por el de Tutankamón (que significa «la viva imagen de Amón). 
El reinado de Tutankamón no tuvo otro significado que este restablecimiento del orden tradicional del Egipto faraónico, bajo la influencia de los sacerdotes y generales conservadores. 
Tutankamón se casó a los diez años con la princesa Ankhsen Amón, hija de su madrastra Nefertiti. Un año antes había subido al trono tras la muerte del faraón Smenker, aunque el poder político lo detentó su visir, Ay, y el militar el general
Horemheb, quienes más tarde, junto con el ministro de finanzas, Maya, entre otros, conspiraron para asesinarlo y finalmente lo envenenaron a través de Oda, una criada, que se prestó al hecho a cambio de favores. Debe su fama a que su tumba fue la única sepultura del Valle de los Reyes que llegó sin saquear hasta la edad contemporánea; su descubrimiento por Howard Carter en 1922 constituyó un acontecimiento arqueológico mundial, mostrando el esplendor y la riqueza de las tumbas reales.

DESCUBRIMIENTO DE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN

En Egipto, en el Valle de los Reyes, situado en la orilla occidental del Nilo, frente a Karnak y a Luxor, las excavaciones emprendidas por el científico Howard Carter y Lord Carnarvon a partir de 1906 los conducen al hallazgo de una tumba real de la XX Dinastía.

La exploración de la misma, cuyo acceso fue descubierto el 24 de noviembre de 1922, se prolongará durante los próximos 4 años y los llevará hasta la cámara sepulcral del faraón Tutankamón, quien ha reinado hacia el 1325 AJC. El descubrimiento representará uno de los mayores sucesos arqueológicos del siglo atrayendo la atención de la prensa del mundo entero y convocando la visita de representantes de más de un centenar de sociedades científicas.

La tumba, en su mayor parte a salvo de los saqueadores durante siglos, contiene en su antecámara gran cantidad de objetos valiosos, lo que demandará varios meses para su inventario y transporte. Finalmente la cámara mortuoria es descubierta y en ella un gigantesco féretro de mas de 5 m. de largo y casi 3 de altura, recubierto en oro conteniendo sucesivos féretros que protegen el sarcófago real.

Lord Carnarvon, coleccionista de antigüedades inglés, quien ha encabezado las exploraciones arqueológicas en Egipto junto a Howard Carter, muere en abril de 1923 como consecuencia de la picadura de un insecto, lo cual dará inicio a especulaciones sobre una supuesta maldición atribuida al faraón. Siete años mas tarde habrán muerto la totalidad de los principales miembros de la expedición a excepción de Carter, aunque la mayoría por causas aparentemente naturales.

Hacia fines del siglo XX los restos de Tutankamón, hijo de Akenatón, que al momento de su muerte, hacia el año 1335 A.J.C., contaba con tan solo 19 años de edad, descansan nuevamente en el Valle de los Reyes, luego de un obligado periplo impuesto por la investigación y la curiosidad científica.



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